ALE AMAYA: ARENGA CRISTERA

SOY MUJER

SOY CATÓLICA

SOY TRADICIONALISTA…

PERO, ¿SUMISA?

La autora de esta vibrante arenga, Ale Amaya, amablemente nos ha permitido publicarla.

Vaya nuestro agradecimiento, junto con el deseo de que muchas jóvenes y mujeres sean fortalecidas y estimuladas por ella, así como a otras tantas les sirva de materia de reflexión.

8 de marzo: ¡Día Internacional de la Mujer! El día en que la sociedad intenta recordar que fueron las mujeres quienes, con orgullo y voluntariamente, alzaron la voz para anunciar que querían vivir sin ataduras, que rompían el cordón que las sometía a su religión, a su esposo, a la educación de sus padres, a su condición biológica.

El día en que la mujer pretende enaltecerse por haberse atrevido a rechazar la idea de ser alguien que debe obedecer y servir.

El día en que se recuerda que la mujer decidió romper el cordón umbilical con el Cielo, el día en que la mujer moderna grita al mundo: “no serviré”….

¡Sí! Yo he tenido como todas ellas el carácter altanero, el corazón orgulloso, el ánimo áspero y presto a asumir tales ideas; algunas veces por abuso de autoridad masculina, algunas otras por orgullo feminista.

25 de marzo: Día celestial de la mujer, el día en que el Cielo recuerda a Aquella que voluntariamente, por humildad, se sometió a su Dios, a su religión, a su esposo, a la educación de sus padres, a su condición biológica.

Ese día tan grande, en que los Ángeles supieron que tenían por Reina a la Mujer por excelencia; ese día tan grande, en que Todo un Dios la eligió por Madre, siendo Ella quien vino al mundo para restablecer la primitiva misión de la mujer, la de ser portadora de Dios en la humanidad.

Y es que una mujer, cuanto más mujer, ¡más santa es!

El recóndito deseo de la mujer, en la historia de todo corazón femenino, tuvo cumplimiento en el instante en que María dio al Ángel el fiat: “he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”. Aquí es donde está la esencia de la feminidad; en la aceptación, la cooperación y la sumisión.

Haz de volverte más mujer siendo como Ella, cuidando tu pureza, manteniendo tu dignidad en la sumisión, dando a luz nuevas criaturitas que puedan formar parte de su reino, llevando la luz a muchas almas que viven en la oscuridad, renunciando a ti misma con amor y generosidad, tornándote una sola carne para formar un hogar donde Cristo pueda reinar.

Esparciendo con alegría el enorme agradecimiento por haber sido elegida desde toda la eternidad para ser madre espiritual, madre, esposa, hija…

Es por eso que los momentos más dolorosos y confusos para el corazón de una mujer son aquellos en los que no puede dar, y los más diabólicos en los que se rehúsa a dar.

¡Ea, chicas! Levanten la cabeza, y no se pongan la falda de la cintura a los pies, ¡portémosla del corazón a los pies!…

Confundamos a ese ser que pretende destruir a Nuestra Reina, eliminando a través de nosotras la feminidad con esa envoltura a la que llama: “Libertad”.

No tengamos miedo de decir: ¡YO, sumisa! Porque, si Dios coronó tal sumisión con la maternidad, y toda la corte celestial se arrodilla diariamente ante Ella…, ¿quién de ustedes, hombres, digno de llamarse tal, se atreve a mofarse y no arrodillarse con la corte celestial?…

¿Qué hombre de Dios no venera, protege y enaltece tal virtud en su madre, en su hija, en su hermana, en su esposa? ¿Quién de ustedes no se rinde ante aquella que porta dicha hermosura?…

Todos estamos llamados a restaurar el Reino de Nuestro Buen Dios; por lo tanto, necesitamos ser mujeres que quieran cooperar, y necesitamos hombres que nos quieran proteger.

Cada vez que tú, Madre Espiritual, Madre de Familia, Hija, Esposa, tengas la torpe idea de liberarte de alguna atadura…; cada vez que tengas ganas de encajar en ese mundo que te vende la falsa idea de que eres más mujer coqueteando con las modas, las ideas, las costumbres, los placeres…, recuerda que hay alguien contigo, que desde el Cielo está gritando:

En mí, satanás, no vas a triunfar. ¡YO, SÍ ME SOMETO! PORQUE SOY MUJER, PORQUE SOY CATÓLICA, PORQUE SOY MEXICANA, PORQUE SOY GUADALUPANA.