Así como la Cruz permanece mientras el mundo gira, la obra de Fabián Vazquez ha quedado como don de Dios para tantas almas necesitadas de consuelo y conversión. Que este mérito le alcance la Salvación eterna y dé consuelo a sus seres queridos a un año de su fallecimiento.
Epístola de Santiago 5:20
“sepan que el que hace volver a un pecador de su mal camino salvará su vida de la muerte y obtendrá el perdón de numerosos pecados”.
Gustavo Colaprete