CARTA DE LECTORES: Mónica Busto Fierro de Spadano – CARTA AL P. BOUCHACOURT

POTENTE MENSAJE, MÁS TERRENAL QUE CELESTIAL

Al Superior del Distrito de América del Sur de la FSSPX

Padre Christian Bouchacourt

Padre:

Querría pedirle, rogarle, suplicarle, o bien exigirle, tenga a bien SER CLARO respecto a la doctrina que sienta en los Editoriales que son leídas por sus «fieles», ya que en mi caso, tiene atrapado a un gran porcentaje de mi familia que, llevado por la inercia o confundidos, se nutren de sus ambigüedades y contradicciones; las cuales, desde hace unos cuantos años, la actual Fraternidad no cesa de poner en práctica.

Por lo visto, los miembros de mi familia (que crecieron y se formaron en la otra Fraternidad desde 1983), o están de acuerdo con estas ambigüedades y contradicciones (ya que en el seno de la familia nada dicen al respecto), o no se toman el trabajo de analizarlo (quedando todo ello en el inconsciente), o NO LEEN (lo cual sería lo mejor que les podría pasar; pero sería un síntoma más del daño que la nueva Fraternidad está haciendo).

Cualquiera de las tres alternativas me preocupan; pero más aún si percibo que están de acuerdo con lo que usted escribe, o si lo tienen retenido en algún rincón del inconciente para estallar en cualquier momento…

Sea como sea, puede estar usted tranquilo ya que son «fieles incondicionales» de la nueva Fraternidad, que, por cierto, no es la que yo conocí, en la que me formé, y la que formó a mis hijos. Bien dice el refrán, en río revuelto, ganancia de pescadores

Yo soy una simple madre; no soy teóloga, ni filósofa, ni religiosa; me parezco más a la burra de Balaán y a las piedras que a eruditos intelectuales o eximios profesores; pero me guía la Fe Católica, enseñada otrora por sus predecesores, así como el sentido común y la objetividad.

Es por ello que entiendo que un Superior debe enseñar a un discípulo, alumno o inferior; y no al revés.

Por eso le pido que, como tal, se ubique en su lugar; así yo podré ubicarme en el mío; y todo estará bien.

En concreto y viniendo al caso preciso, en su Editorial del Iesus Christus Nº 141, de enero-marzo de 2013, usted hace una serie de preguntas (supongo que a sus lectores y fieles; cuya respuesta usted ignorará, pues nadie le responderá, como es de suponer…), comenzando con la de la tapa respecto a la «Nueva Era».

Entonces, como buena discípula, la que pregunta soy yo, deseando y esperando una respuesta pública:

— Usted le pregunta a sus lectores (o fieles) si estaremos entrando en una nueva era. ¿No le parece que es precisamente usted, o los SUPERIORES de la Fraternidad, quienes deben decir: SÍ o NO. O mejor aún, SÍ SÍ, NO NO? Dicho sea de paso, usted en ningún punto de su artículo lo afirma o niega… dejando la duda y al arbitrio de sus fieles la respuesta. ¿Qué hay de la autoridad?

— Padre Bouchacourt, todavía, después de 50 años, ¿se lo pregunta a usted mismo y a sus fieles? De ser así…, ¡Es muy grave! ¡Pensar que, desde 1984, los «LEFEVBRISTAS», incluyendo a mis hijas, ya sabíamos que hacía rato habíamos entrado en una Nueva Era… ¡Al menos era lo que decía la autoridad!

No quiero detenerme en la pregunta pérfida de la tapa que, ciertamente, conduce a perfidias más graves, las cuales le señalaré a continuación, según mi interpretación que, aunque ignorante, trata de ser objetiva y clara.

Usted se refiere en su Editorial a la elección del «Papa» Francisco y, citando a Monseñor Lefebvre (¡Bendito sea!), transcribe un párrafo de su «Itinerario Espiritual», diciendo que Monseñor Lefebvre responde a la pregunta de modo «MUY CLARO». Huelga la aclaración, Padre; pero, tal vez no…, porque, evidentemente, usted no lo hace. Pero, sigamos… Decía Monseñor Lefebvre:

«El Papa actual y estos obispos ya no trasmiten a Nuestro Señor Jesucristo, sino una religiosidad sentimental, superficial, carismática, por la cual ya no pasa la verdadera gracia del Espíritu Santo en su conjunto. Esta nueva religión NO ES la religión católica; es estéril, incapaz de santificar a la sociedad y a la familia».

Monseñor Lefebvre era CLARO. Muchos sabemos de la doctrina transmitida por Monseñor. Ahora, al respecto, ¿qué opina usted, Padre Bouchacourt?

— Si ya en aquél entonces, Monseñor Lefebvre decía que esta nueva religión, NO ES la religión Católica, ¿es FRANCISCO el Papa de la Iglesia Católica, de la Religión Católica, o de «Esta nueva religión»?

Quiero que nos lo diga usted, Padre.

Monseñor ya lo dijo. Monseñor ya no está para ratificarlo.

Ya sabemos que Monseñor no dijo, expresamente, de qué «iglesia» era «Papa» Juan Pablo II…

Ya sabemos que Monseñor no declaró la herejía formal de Juan Pablo II, ya que nadie, excepto la Iglesia magisterialmente, puede hacerlo. Ya sabemos que no podemos afirmar si el papa es o no papa, lo que si sabemos es que no es católico, ni él, ni lo que representa.

Pero, sí dijo Monseñor que Esta nueva religión no es la religión católica.

¡Qué diferencia con esta Nueva Fraternidad (incluidos algunos resistentes que ostentan dignidades eminentes)!, que sostiene que ESA NUEVA RELIGIÓN ES LA RELIGIÓN CATÓLICA, e impone, lógicamente, condiciones para una regularización canónica…

¡Ni más ni menos que a la AUTÉNTICA religión Católica!, que sostiene la integridad de la Fe, aunque radicare en una sola persona…

La advertencia de Monseñor Lefebvre fue la de no volver MÁS a esta Roma apóstata hasta que ella no volviera a la Tradición; y eso fue lo máximo que pudo hacer, y no la depostrarse a los pies de la adúltera pidiendo un bastardo «reconocimiento».

Me parece que ustedes están cambiando el rumbo dado por Monseñor Lefebvre, y por 2000 años de Magisterio infalible. No se olvide que ustedes son los herederos (legales; ahora no legítimos), de su gran obra.

Ahora bien, después de tanta agua que ha corrido bajo el puente, en vez de ratificar a Monseñor, de afianzar la resistencia, de unir esfuerzos titánicos para enfrentar a este verdadero monstruo, ustedes se lanzan a los brazos de quienes tienen por objetivo la disociación y la disolución de aquello que dicen defender.

Con firma o sin firma, lo hacen con expresiones tales como «EL SANTO Padre», «La Santa Sede», «hermosas palabras de Francisco» etc. etc….. ¿Cuándo monseñorLefebvre dijo «Hermosas palabras de Juan Pablo II»? Y, si lo dijo, se le habrá escapado; escape que, hoy por hoy, no se justifica bajo ningún aspecto, sin peligro de confundir a las almas.

— ¿Para usted, ¿es FRANCISCO el Papa de la IGLESIA CATÓLICA APOSTÓLICA ROMANA, o es el presidente de esta nueva ONG, de la que Monseñor abominaba, y de la que «Francisco» dice que «Sería» una ONG, si no estuviera Él, Nuestro Señor?

— ¿Cree, usted, que allí se encuentra Nuestro Señor, que Él avala el progresismo, el ecumenismo, el sincretismo, el comunismo, el modernismo, el liberalismo, el socialismo, el, el, el, etc. de «Francisco y asociados»? ¿O que «ES», en realidad, una ONG?

— La frase, que usted califica de HERMOSAS PALABRAS DE FRANCISCO, «Fuera de Nuestro Señor Jesucristo no puede haber un Apostolado Fecundo», ¿la considera como el máximo atributo que se debe adjudicar a Nuestro Señor y a Su Iglesia? ¡Qué HERMOSAS PALABRAS!

¡No!, Padre Bouchacourt, o Francisco o Jorge o «Santo Padre»…, ¡No! Fuera de Nuestro Señor Jesucristo, ¡NO PUEDE HABER SALVACIÓN! Al menos es lo que dice el catecismo.

— ¿Realmente le llamó la atención que, días más tarde, Francisco se explayara en discursos ecuménicos, probablemente también con ¡Hermosas Palabras!?

— ¿Por qué nos pregunta a nosotros (o mejor dicho a «sus fieles»), si hay «contradicción» en el Papa? ¿Usted, o sus Superiores, no lo saben? ¿O hay que preguntarle a los súbditos qué es lo que opinan? Si desea mi «opinión», se la doy: Allí no hay contradicción alguna (Francisco es coherente), Allí ¡Hay Herejías!

— Ya que acepta como casi todos el Habemus Papam, ¿es usted discípulo del manda más de esa LOGIA de San Pedro de Roma?

¡De nuevo el interrogatorio!

«¿Hemos de recordarlo?»

¡NO, Padre, no debe recordarlo, debe practicarlo!: «La autoridad no se recibe para agradar a los hombres, sino para propagar la VERDAD y el bien y DENUNCIAR el error e impedir el mal…»

Impida el mal, Padre Bouchacourt, sea claro, sin rodeos y ambigüedades. Porque «El príncipe es un ministro de Dios puesto para tu bien. Pero si obras mal, tiembla; porque no en vano se ciñe la espada, siendo como es ministro de Dios, para ejercer su justicia castigando al que obra mal»

¡Castigue enérgicamente al que obra mal! ¡Hágalo temblar!…, y no al que obra bien…

Según usted, se trata de «Restaurar todas las cosas ¡EN CRISTO!» ( por ende, en la Iglesia de Cristo), como bien decía su Santidad San Pío X, que dista mucho de su «Santidad» Francisco o Benedicto XVI, etc. Al menos es lo que creo, ¡sería como un insulto a la memoria del Santo Papa!

Le pregunto, Padre:

— Lo que representa Francisco, ¿Es al Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana o a la logia vaticana?

¿Hay que trabajar para la reconstrucción del Reinado Social de Cristo, fuera de la Iglesia de Cristo?

¿En verdad, Padre Bouchacourt, cree que esto es posible?

Según usted, ésta restauración se hará a través de un «PROGRAMA» (habría que definir primeramente qué es un «Programa»), radicalmente opuesto a las «MÁXIMAS» del Concilio Vaticano II.

Lo que nos preocupa (por la salvación de las almas) no son las «máximas» (o las «mínimas» del Concilio), sino sus ¡Herejías, máximas y mínimas!, como por ejemplo el Ecumenismo, la Libertad Religiosa, el Sincretismo, la Colegialidad, etc., etc., etc.

Usted toma máximas como sinónimo de principio o regla; pero le faltó utilizarlo como adjetivo y agregarlo al sustantivo, a lo que sustenta al adjetivo, o sea, Máximas HEREJÍAS del Concilio Vaticano II.

También dice usted que es «El único programa que podrá salvar a la Iglesia de la crisis que hoy la
abruma»

— ¿Cuál Iglesia? ¿La de Cristo o la del Anticristo?

La IGLESIA CATÓLICA NUNCA estuvo en CRISIS. Lo que está en crisis son las almas y el mundo por sus malos pastores, empezando por su jerarquía. ¡La que está en crisis es la iglesia del Anticristo, o sea, el Mundo!

Lo que tienen que hacer los pastores, es SALVAR las ALMAS, enseñando la VERDAD, sin ambigüedades, que es otra cosa muy distinta, y no a través de ningún programa…

«La ciudad no está para edificarse en las nubes…», dijo San Pío X.

Sea claro, por favor, porque la iglesia del Anticristo también nos llevará a la Paz y a la Prosperidad de las Naciones, lugar al que quiere llegar también usted junto con sus «fieles», y entre SUS fieles, están MIS hijos.

¡Tenga cuidado! Ese también es el «Programa» del Anticristo. ¡No sea cosa que coincidan en algún punto! ¡Y tan antagónicos que parecían…!

Ahora bien, ¿En qué consiste ese «PROGRAMA» opuesto a las máximas del Concilio Vaticano II?

¿El de San Pío X, condenando el modernismo, liberalismo, marxismo, etc., que en verdad se oponía a las MÁXIMAS HEREJÍAS; o en la comunión con el «Papa» Francisco, que promueve sólo las MÁXIMAS del Concilio y todo lo condenado por San Pío X?

Pregunto, porque, en la misma línea ambigua y contradictoria en que desarrolla su artículo, leemos que «El nuevo Papa debería inspirarse en su santo predecesor».

— ¿A quién se refiere, Padre? ¿A San Pío X o a Benedicto XVI?

Cualquier alma «bien intencionada» (si es de la «Resistencia fláccida»), entendería que usted se refiere a San Pío X, pero también cualquier alma «bien intencionada» (si es «Acuerdista duro»), puede pensar que se refiere al «Santo Padre Benedicto»; sobre todo si se trata de la predisposición con respecto a un acuerdo canónico.

Por eso, hay que poner una buena cuota de interpretación personal; o sea, hay que ser «bien intencionado», ambiguamente hablando, porque convengamos que se presta a sospecha, más después de los últimos acontecimientos.

Pues usted no aclara, y debería hacerlo; podemos pensar que para usted, como para muchos, el «Santo» Padre Benedicto XVI, no sólo fue su «Predecesor», sino que fue el «Papa» de la «Esperanza» de los mal llamados lefebvristas, para entrar en la Secta Conciliar. También se puede pensar que a los «Resistentes fláccidos», le dice que se refiere a San Pío X, y a los «Acuerdistas duros» al «Santo Padre Benedicto», y todo va bien…ambiguo.

Por eso, Padre, es tan dañina su actitud; verá usted que no pasa por la intención del que interpreta, sino de la falta de claridad del que escribe.

Lo único que restablecerá a la Iglesia, poniéndola en su lugar; Padre Bouchacourt, y por ende a sus hijos y fieles, (viendo como va el mundo y lo único que a duras penas le resistía), es la Segunda Venida de Nuestro Señor. Y no es un«Programa», es un Plan Divino de Restauración, porque: «Ella volverá del desierto ataviada como una Novia».

Y Nuestro Señor no lo necesita ni a Francisco, ni a usted, ni a mí…

Ni su fidelidad, ni su traición, ni su negación…

Lo hará en un abrir y cerrar de ojos; y no sólo a la Iglesia, sino también al mundo y el universo entero, según sus designios.

De la fidelidad de Pedro, de todos los pastores y seglares cristianos, dependerá «Solamente la salvación de las almas»; y de eso, y sólo eso, daremos cuenta los superiores, especialmente los Sacerdotes, cuya vocación tiene por fin ese objeto. No de reconstruir utópicamente la Iglesia fundada hace dos mil años, nada más, ni nada menos, que por Nuestro Señor Jesucristo, y que por todos los siglos de los siglos, es UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA e Indefectible.

Lo único que nos pide Nuestro Señor es la FIDELIDAD en la INTEGRIDAD de la FE, que no se sostiene con «Programas» paradigmáticos de «Prosperidad» terrenal, sino con la convicción de la única Verdad, que no tolera adjetivaciones ambiguas, y con buenos pastores que sepan transmitirla viril e íntegramente.

Su «Programa», por estar fallando desde el principio, ya que no se sostiene, ni se prepara desde la VERDADERA IGLESIA de Nuestro Señor JESUCRISTO que, como ya dijimos, es la CATÓLICA APOSTÓLICA Y ROMANA, que ciertamente es la de un SAN PIO V, un San Pio X, un Monseñor Lefebvre, y NO la de las MÁXIMAS HEREJÍAS sostenidas por los Wojtylas, Ratzingers o Jorges; irá al fracaso.

Más todavía por tener como segundo punto, supongo, el de la unidad de la familia y las familias en la fe…para empezar a hablar de «programa»

Lamento comunicarle que, gracias al «Programa» elaborado por no sé qué mente ni por quién, las familias con las que cuenta para la «Paz y la prosperidad», ya están deshechas y quebrantadas en sus principios, esos mismos que les daban sustento a esa fe… incluso antes de empezar a elaborar el programa…

Muchos, junto con usted, han contribuido y contribuyen, día a día, a la destrucción de las familias, las cuales dicen querer salvar, como al mundo, para no sé qué «Reconstrucción», fundada sobre que bases.

Por eso, Padre, debería tener presente las palabas de San Pablo: «Si aún buscase agradar a los
hombres, no sería siervo de Cristo».

Continúa Monseñor Lefebvre:

«Una sola cosa es necesaria para la continuación de la Iglesia católica: obispos plenamente católicos, que no hagan ningún compromiso con el error, que establezcan seminarios católicos, donde los jóvenes aspirantes se alimenten con la leche de la verdadera doctrina, pongan a Nuestro Señor Jesucristo en el centro de sus inteligencias, de sus voluntades, de sus corazones, se unan a Nuestro Señor por medio de una fe viva, una caridad profunda, una devoción sin límites, y pidan como San Pablo que se rece por ellos, para que avancen en la ciencia y en la sabiduría del «Mysterium Christi», en el que descubrirán todos los tesoros divinos (…) El mal del Concilio es la ignorancia de Jesucristo y de su Reino
[no sólo es el mal del concilio…]
Es el mal de los ángeles malos, el mal que encamina al infierno».

Sigue usted preguntando, Padre Bouchacourt; y yo le respondo:

— ¿Habría que desesperarse y lamentarse de éstas desgracias de nuestro tiempo? ¡Desde luego que no!

— ¡Desde luego que sí!, Padre Bouchacourt. Nadie festeja una desgracia. Cuando están las almas en peligro, hay que exhortar a tiempo y a destiempo… «Porque el abismo de la prueba (cuando se defiende la VERDAD), atrae sobre los que aman a Dios la superabundancia de la Gracia».

— Recemos por el Papa.

— ¿Por cuál Papa? ¿Por el UNO y TRINO, Benedicto XVI (Prefecto, Papa, Emérito)?

— Y ofrezcamos penitencia por él para que el Espíritu Santo lo ilumine.

— ¿En qué quedamos? Según Monseñor Lefebvre, citado por usted, «Ya no pasa la verdadera gracia del Espíritu
Santo en su conjunto». «Esta nueva religión, NO ES la religión CATÓLICA».

— Recemos para que el Espíritu Santo le de fuerza para restaurar la tradición.

— En el caso presente, el Espíritu Santo no le tiene que dar «fuerza», sino CONVICCIONES para defender la Fe CATÓLICA. Pero, para defenderla, primero hay que tenerla, habría que rezar para que se convierta a la fe íntegra y VERDADERA. La fuerza se pide cuando uno tiene la Convicción, es lo que deberíamos pedir muchos de nosotros, para no claudicar, traicionar, defraudar, o negar…

Por último, porque ya es demasiado, la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo no necesita de la Tradición para ser lo que «ES» y para «SALVARSE». Ella está salvada desde toda la Eternidad. No hay nada que restaurar en ella; lo que se tiene que restaurar es la iniquidad de las jerarquías que se dicen católicas. La Iglesia militante, con sus BUENOS PASTORES, tuvo y tiene por finalidad congregar al pueblo fiel. De ellos dependerá la suma o la resta de los mismos. Nada más Padre.

Podemos concluir que este artículo es un potente mensaje, más terrenal que celestial.

En espera de su paternal respuesta y ¡Que Dios se apiade de nuestras familias!

Mónica Busto Fierro de Spadano