CARTA DE LECTORES: ANDRÉS CARBALLO RODRIGUEZ: MONS. WILLIAMSON: ¿LIBERAL INOCENTE, INCONCIENTE O REPRIMIDO?

No sé si antes del 2010, M. Williamson fue liberal inocente o liberal inconsciente.

Lo que sí sé es que actuó exactamente igual de liberal que aquellos a los que él acusa y llama hoy liberales.

Pero no basta con acusar de liberales a los que hoy acusa, es necesaria también la retractación publica de su presunto liberalismo, no sé si reprimido hoy por las circunstancias por las que atraviesa personalmente, al haber sido expulsado de la Neofraternidad, cosa que al parecer quiso evitar a toda costa, o porque es ya consciente del apoyo a la línea liberal hasta el año 2010, como bien demuestra el Rvdo. Padre Ceriani, quien sí tiene la autoridad moral para acusar de liberales a los que están actuando como tales y a los que antes del 2010 lo hicieron y no han tenido la gallardía de retractarse de su triste proceder.

Estos cuatro puntos que le reclama El P. Ceriani, tal como el P. Méramo, el P. Grosso, el P. Turco y muchísimos católicos tradicionalistas de a pie, le han reclamado, reclamaciones a las que ha hecho «oído sordos», no sabemos si por inopia, ingenuidad, o que tal vez sea que su antiliberalismo tiene un límite que se para en sus actitudes treméndamente liberales, y de las cuales, recalco, ni se desdice ni se retracta, cosa que es una aceptación tácita de su acendrado liberalismo.

Cuando uno se llena la boca poniendo de ejemplo a M. Lefebvre, habría que plantearse estas cinco preguntas:

1,-¿Habría aceptado y defendido M. Lefebre el peyorativo y odioso Motu Proprio del 7 de julio de 2007 que dio carta de soberanía a la misa de Paulo VI y redujo a un plano inferior a la Misa de siempre y que para mayor desfachatez afirmaba que las dos representaban la misma fe?

2.- ¿Habría pedido, aceptado y agradecido M. Lefebvre, el levantamiento de las inexistentes excomuniones de enero de 2009, con un Te Deum incluido?

3.- ¿Habría aceptado M. Lefebvre la farsa de las discusiones doctrinales con los que usted llama hoy irónicamente: «nuestros nuevos amigos de Roma»?

4.- ¿Habría tolerado M. Lefebvre la muy bien calificada por el P. Ceriani de funesta frase: «la preciada regularización que solamente Roma tiene el poder de otorgar» ?

5.- ¿En el hipotético caso de que M. Lefebvre hubiese «metido la pata» en alguno de los cuatro puntos anteriores que he copiado «al pie de la letra» del P. Ceriani, porque «errare humanus est», no habría tenido la valentía y por que no decirlo la humildad de retractarse para culminar la frase de Séneca: «sed perseverare diabolicum»?.

Si esa hubiera sido la posición del Arzobispo, esperamos con tremenda amargura su posicionamiento categórico y definitorio, imitando el que sin lugar a dudas hubiese sido el rectísimo estilo de su ¿admirado? maestro.

Andrés Carballo Rodríguez.

williamson

Dice Mons. Williamson en su comentario Eleison 293:

¿LIBERALES INOCENTES?

Hace cuatro semanas los “Comentarios Eleison” contestaron afirmativamente a la pregunta sobre si el liberalismo es tan horrible como se supone que es: implícitamente el liberalismo es la guerra contra Dios. Quedaba la pregunta sobre si los muchos liberales que niegan ser liberales están en lo cierto cuando lo niegan. La respuesta es seguramente que todos nosotros hoy estamos tan inmersos en el liberalismo que pocos de nosotros nos damos cuenta hasta que punto lo somos.

El liberalismo en su sentido más amplio es el hombre que se libera a sí mismo de la ley de Dios, lo que un hombre hace cada vez que comete un pecado. Luego en este sentido más amplio todo pecador es un liberal y así quienquiera admite que él es un pecador debe admitir que es un liberal en este sentido amplio. Sin embargo, una cosa es romper la ley de Dios mientras uno sigue admitiendo que Dios es Dios y que su ley es su ley. Tal pecador es solamente un liberal práctico. Es cosa muy diferente romper la ley de Dios a la par que uno va negando que Dios sea Dios o que su ley sea su ley. Tal liberal en principio encarna el liberalismo de los tiempos modernos.

Entra en escena con la Revolución Francesa de 1789. La carta magna de esa Revolución, la Declaración de los Derechos Humanos, fue efectivamente una declaración de la independencia del hombre frente a Dios. De ahora en más, aún cuando cualquier hombre obedeciese a la ley de Dios, lo haría sólo en virtud de su propia elección y no en virtud de la obediencia a cualquier mandato o mandamiento de Dios. En esa aparente obediencia él no estaría comportándose como un liberal en la práctica, pero en el fondo, en todo lo que él haría, sería un liberal en principio. Este es el liberalismo moderno del cual los Católicos de hoy acusan a menudo a sus adversarios. ¿Acaso estos adversarios tienen razón como para negar casi en todos los casos ser liberales? Subjetivamente, si. Objetivamente, no.

Subjetivamente, sí, porque desde 1789 los hombres han sido impregnados cada vez más profundamente de los falsos principios de la Revolución, al punto de que si se les acusa de liberarse de la ley de Dios, ellos pueden sinceramente replicar, “¿Que ley? ¿Qué Dios? ¿De que me está Usted hablando?” Hasta este extremo han sido aparentemente borrados de las mentes, Dios y su ley. Pero, objetivamente, no, porque Dios y su ley ciertamente no han dejado de existir, y profundamente en su interior aún los hombres modernos lo saben. Es “inexcusable” decir que El no existe (Rom.I,20), y Su ley está escrita en el corazón de todos los hombres (Rom.II,15), no importa lo que puedan decir con la boca para afuera. El “sinceramente” que se acaba de mencionar necesita las comillas – no vale mas que lo que vale frente al tribunal de Dios.

Entonces, ¿pueden estos líderes de la Fraternidad San Pío X que están actualmente tratando de mezclar la Fraternidad con la Iglesia Conciliar, negar que son liberales? Subjetivamente no hay duda de que están persuadidos que están haciendo lo mejor que pueden para la Iglesia, pero, objetivamente, están buscando sin arrepentimiento poner la obra contra-Revolucionaria de Mons. Lefebvre bajo el control del intento de los dirigentes de la Iglesia que se esfuerzan en hacer triunfar la Revolución liberal de una vez por todas. Estos líderes dicen que debemos reunirnos con la Iglesia visible porque ella es la Iglesia católica, pero no es la visibilidad lo que la hace católica, sino el hecho de tener la Fe apostólica. Así, la “iglesia” Anglicana también es visible en todo el territorio inglés, pero eso no la hace católica. Y los líderes actuales no puede n ignorar hasta que punto falsifican y suprimen las palabras del Arzobispo pretendiendo hacerlas corresponder a su propia visión de la Iglesia, fingiendo así que esa era la posición del Arzobispo.

La triste verdad es que estos liberales nunca entendieron cual era realmente el combate del Arzobispo. Mientras él estaba con vida, ellos estaban fascinados, como tantos de nosotros, por su carisma católico, pero nunca entendieron la Fe del Arzobispo, Fe que era para su carisma lo que la raíz es para el fruto. Ellos amaron el fruto – démosles el crédito por eso a ellos – pero a pocos años de su partida, el fruto sin la raíz empezó a marchitarse y morir. Era inevitable que, a menos de haber entendido la fe del Arzobispo, ellos iban a convertir la Fraternidad del Arzobispo en la suya propia que haría de los enemigos de la fe “nuestros nuevos amigos en Roma”. Eso es lo que hemos visto y que estamos viendo. ¡Que el Cielo venga en nuestra ayuda!

Kyrie eleison.