OSKO: AZÚCAR AMARGA… UNA CARTA LLENA DE «AMOR»

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UNA CARTA LLENA DE «AMOR»

Con música romántica y ritmo de Bolero, por Agustine (La Voz de Roma)

No es muy difícil imaginar la perplejidad que por estas horas flota en el ambiente. Las entrecerradas ventanas, los silenciosos pasillos… en una semi oscuridad que se asocia a las gélidas temperaturas del exterior que por estos días padecen en el hemisferio norte. Los espíritus pueden percibir cierta sensación de frío extremo a veces. De eso se trata hoy en Menzingen.

La carta de Agustine Di Noia da para todo. Cuando Radio Cristiandad publicó en tono irónico la paródica DIFUSIÓN INDISCRETA, hubo quienes la tomaron «dendeveras», (Secretum Meum Mihi, entre otros). Si se piensa, eso es lógico: tanto se ha asimilado la conducción de la FSSPX a esos modos ambiguos dulzones y diplomáticos de Roma, que los mismos fieles que hace veinte años hubieran dudado del origen de una carta en esos términos, hoy ni siquiera se sorprenden… ¡ vaya si algo ha cambiado en la FSSPX !, por más que Mons. Fellay se empecine en negarlo.

Párrafo aparte merece un personaje que parece tener no sabemos bien que problemas con las zetas y los Vázquez; un autoproclamado paladín de la Neo-FSSPX, que el cree que viene a ser la misma que era antes… antes de que Roma iniciase el proceso de domesticación con la complicidad de Mons. Fellay and co, de lo cual pareciera que no puede darse cuenta ni siquiera a la vista de hechos como éste: La agridulce Carta de Agustine Di Noia.

AHORA EN SERIO.

¿Agustine Di Noia, es un farsante? Mmm, bastante más que eso… ¿Agustine Di Noia es una mentiroso que sabe que es mentiroso?. Si. Pero en todo caso Agustine Di Noia, encubre sus falacias con una adecuada dosis de coherencia, seriedad… y dulzura.

Agustine… «amigo» Agustine, tu larga y melosa carta es una maldita trampa.

Una maldita y edulcorada trampa para Menzingen.

Nos interesa Agustine. Pero mucho más aún nos interesa Bernard. Bernard y sus secuaces, por supuesto. Ellos, sí, que en estos momentos debieran preguntarse (¿se habrán dado cuenta?) como es que el querido (por ellos, obvio) Agustine, los ha dejado tan mal parados.

«Particularmente dolorosas son las declaraciones que impugnan el oficio y la persona del Santo Padre y esto, en cierto punto, pediría una respuesta.

Recientes aseveraciones de personas que ocupan posiciones significativas de autoridad en la Fraternidad no pueden sino causar preocupación acerca de posibilidad efectiva de una reconciliación. Pensamos en particular en las entrevistas dadas por el Superior del Distrito de Alemania, antiguo Superior General de la Fraternidad (18 de septiembre de 2012) y por el Primer Asistente de la Fraternidad (16 de octubre de 2012), y un sermón reciente del Superior General (1° de Noviembre de 2012). El tono y el contenido de estas intervenciones han ocasionado cierta perplejidad acerca de la seriedad e incluso, de la posibilidad efectiva de una conversación directa entre nosotros.»

Primera cucharadita de azúcar amarga.

El dulce Agustine manda presos con pito y cadenas al antiguo Superior General, al Primer Asistente y al actual Superior General. Los «escracha» pero… con estilo y dulcemente. (como él no menciona sus nombres, solo sus cargos, nosotros tampoco, por si acaso… je je, vaya a saber por cuál cuestión cabalística de no mencionar los nombres propios, o quizás solo se trate de otro dulce y delicado gesto de Agustine).

¿Cómo a ellos, justamente a ellos que tanto han hecho (y mentido y tergiversado y ocultado y omitido y desvirtuado y… y… y…) contribuyendo abnegadamente con la cruzada ACUERDISTA PROMOVIDA POR RATZINGER?, ¿Cómo puede ser, tan ingrata crueldad… Agustine?

ROMA NO PAGA TRAIDORES.

Y menos traidores bocones, charlatanes e imprudentes.

La Roma idolátrica y pagana siempre respetó a los valientes, leales, prudentes y discretos; nunca a los traidores. La Roma cristianizada también. ¿Por qué no habría de hacer lo mismo la Roma apóstata hodierna?

De hecho, así son las cosas. Roma… sigue sin pagar traidores, de manera que los nefastos que conducen TODAVÍA (parece mentira que TODAVÍA tengamos que decir TODAVÍA) la FSSPX pueden ya ir mirando lo que será su cosecha final, cuando Roma haya consumado finalmente su tarea de destrucción.

¿Por qué presumimos tanta maldad en Roma?

¿Alguien dijo maldad? Ah, sí… fui yo. No, no, sin mencionar la palabra maldad, alguien la invocó… fue… ¿Agustine?

Ni el bisturí del P. Ceriani, ni la encendida verba del P. Méramo, ni la retorcida e irredenta desconfianza del que escribe estas líneas; nadie mejor que Agustine para hacerle ver a toda la diáspora TRADI, desde sedevacantes hasta semi-conservas, pasando por las diversas versiones y gamas de ultras que pululan por ahí; toda la prolija malicia y la astuta estrategia romana, cuyo principal diseñador es el ex-cardenal Ratzinger y sus principalísimos pre-bostas (perdón… PREBOSTES) son los Muller, los Levada, los Koch, los Di Noia, etc. etc.

La carta es larga, por eso vamos a concentrarnos solamente en algunos aspectos.

Agustine dice: «Con autoridad magisterial, la Santa Sede ha mantenido consistentemente que los documentos del Concilio deben ser interpretados a la luz de la Tradición y del Magisterio y no vice-versa, mientras que la Fraternidad ha insistido de que ciertas enseñanzas del Concilio son erróneas y por lo tanto no son susceptibles de interpretación de acuerdo con la Tradición y el Magisterio.»

¿Agustine no sabe que es imposible conciliar esas enseñanzas del Concilio con la Tradición y el Magisterio de la Iglesia? Si no lo sabe es un burro y hay que enseñarle. Pero como lo sabe, no es un burro, es un mentiroso, que es peor que ser un burro.

Agustine dice que se ha llegado siempre al mismo punto y que esto ya dura demasiado, de modo tal que él cree que ALGO NUEVO debe inyectarse en el intercambio de puntos de vista entre Roma y la FSSPX, y dice que le parece oportuno ser él, Agustine, quien inyecte ese ALGO NUEVO. Ese ALGO NUEVO ES SU CARTA que en su mayor parte intenta ser una inyección de miel, pero que trae veneno.

Agustine avisa: lo que está en juego es la misma UNIDAD DE LA IGLESIA. A la flauta… Es muy grave esto, sin dudas, pero… una pregunta, si es que podemos hacerla, Agustine… ¿la UNIDAD DE CUÁL IGLESIA? ¿La Iglesia Católica? o… ¿La Iglesia Conciliar?

ES LA VERDAD, IMBÉCIL…

No voy a abundar en las citas de Agustine acerca de la caridad, la dulzura, el perdón y todo lo demás, que cada uno puede leer por sí mismo y que está bárbaro cuando se trata de discusión por cuestiones meramente humanas, no se… digamos que un debate entre amigos, o en el seno familiar y frente a grandes discrepancias, o enfrentamientos por causas graves, aun las más graves, donde SÍ, con toda propiedad se podría considerar esas recomendaciones conductistas de Agustine.

Pero NO cuando se trata de la IGLESIA y de la VERDAD de la que la IGLESIA CATÓLICA ES DEPOSITARIA.

Todo su mensaje de concordia y PAZ se desvanece ante un muy simple razonamiento: Agustine, «SI QUIERES PAZ Y CONCORDIA (Y DULZURA), DEFIENDE LA VERDAD AUNQUE TE CUESTE LA VIDA».

Uff… así como parece increíble aquello de que tengamos que decir que TODAVÍA la FSSPX continúa conducida por quienes desde hace más de DIEZ años la están llevando hacia el desastre, resulta igualmente increíble que TODAVÍA debamos aclarar que lo que está en juego es LA VERDAD, sin la cual es superfluo hablar de UNIDAD. Agustine quiere hacernos creer eso de la UNIDAD sin decir UNIDAD EN QUÉ.

¿Cómo y en qué se logrará semejante unidad? ¿En la DIVERSIDAD? Es notable cómo se producen ciertas concomitancias entre los planos de discusión que manejan estos «hombres de iglesia» y aquellos que proponen nuevos paradigmas sociales tales como los partidarios del «putimonio», o los activistas de la transversalidad. Pluralismo, en definitiva. Liberalismo en el fondo de la cuestión. Racionalismo y Dialéctica Revolucionaria. Ratzinger puro.

Frente a pensamientos como el de Agustine se hace más que notable lo que ya sabíamos acerca de que el Vaticano II procuró realizar el «matrimonio» sacrílego entre la Iglesia y la Revolución.

MÁS ALLÁ DE LA EMPALAGOSA CATEQUESIS

Además de la «catequesis» de Agustine acerca de la dulzura, la humildad, la mansedumbre, la prudencia, etc. etc., su meliflua y traicionera cartita contiene otras cosas que van desde lo que NO SE DEBE HACER, hasta lo que la FSSPX DEBE SER para la Iglesia (conciliar obviamente).

Así, y para resumirlo, respecto de lo que NO SE DEBE HACER:

Agustine le pide a las autoridades de la Hermandad… ¡Vaya coincidencia…!, (parece mentira pero es lo que pide): LO MISMO QUE EL PADRE BOUCHACOURT LE PIDE A LOS SACERDOTES Y FELIGRESES DEL DISTRITO DE AMÉRICA DEL SUR. Lo mismo que el P. Rostand le pide a los sacerdotes y feligreses del Distrito de América del Norte… lo mismo que piden tooooooodos los Superiores de Distrito que responden a Menzingen y a Mons Fellay. Agustine Di Noia, pide a Mons Fellay y a TODOS los sacerdotes de la FSSPX, lo mismo que las autoridades de la FSSPX le exigen a sus súbditos. Y lo que exigen es: «CERRAR LA BOCA. BASTA DE CRÍTICAS. OBEDIENCIA y SUMISIÓN… A LA ROMA CONCILIAR Y AL CONCILIO VATICANO II Y AL PAPA CONCILIAR. O sea AL MODERNISMO TRIUNFANTE»… je je, si… ese modernismo que según el P. Bouchacourt va a desaparecer pronto a medida que los modernistas vayan pasando a «decorar el oriente eterno».

¿CASUALIDAD? NO… de ninguna manera.

Solamente una misma manera de entender. Una manera política y diplomática según lo entienden Roma y el mundo, pero no una manera cristiana.

Y para resumir, lo que DEBE HACER LA FSSPX:

Agustine le dice que debe limitarse a la formación de sacerdotes. Genial. Ahora la FSSPX nada tendrá que decir y menos criticar y mucho menos públicamente. Tiene estipulado un rol específico y según su propio carisma y a otra cosa.

¿No hablaba Mons. Fellay de un PUNTO DE PARTIDA que jamás pudimos saber exactamente cuál era, dadas la contradicciones en las que él mismo se revolcaba sin solución de continuidad?

Agustine, muy «caritativamente», ante el evidente embarazo del pobre Bernard, acude en su ayuda:

«Ese carisma original confiado a Monseñor Lefebvre debe recuperarse, el carisma de la formación de los sacerdotes en la plenitud de la tradición católica en aras de realizar un apostolado con los fieles que fluya de esta formación sacerdotal. Este fue el carisma que la Iglesia discernió cuando la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X fue aprobada por primera vez en 1970. Recordamos el juicio favorable del Cardenal Gagnon de su seminario en Ecône en 1987».

He ahí, por fin tiene Bernard su PUNTO DE PARTIDA.

Pero Agustine tiene más azúcar amarga para dar:

«Ciertamente debe ponerse atención a los pasajes del Magisterio que parecen difíciles de reconciliar con la enseñanza magisterial, pero estas cuestiones teológicas no deben ser el centro de su predicación o de su formación.»

De aplicarse esta condición, en cuestión de unos muy pocos años, nadie, ningún sacerdote o fiel de la FSSPX estará en condiciones de comprender lo que es la Doctrina Católica, o sea el MAGISTERIO. Solo quedará la interpretación magisterial de los papas post-conciliares.

Todo esto es para contribuir a que se cumpla aquello de: «¿Acaso creéis que hallaré Fe sobre la tierra cuando regrese?». (¡Záz… ya salió el Apocalíptico!)

Pero hay más, y de verdad que resulta insultante, o al menos debiera haberle resultado insultante a Bernard y compañía; Agustine dice:

«El único futuro imaginable para la Fraternidad Sacerdotal se encuentra en el camino de la plena comunión con la Santa Sede, con la aceptación de una incondicional profesión de fe en su plenitud, y por lo tanto con una bien ordenada vida eclesial, sacramental y pastoral».

Queda más que claro que Agustine considera que la FSSPX NO TIENE una «bien ordenada vida eclesial, sacramental y pastoral»…

Otra cucharada de azúcar amarga bien llena para todos los agreement boy´s.

¿Menzingen dijo algo al respecto?… NADA. ¿Concede entonces?

FINAL

¿Cree honestamente Agustine en lo que escribe? Es muy posible, ¿verdad? ahora bien…¿Y Mons. Fellay?

Como no juzgamos intenciones solo hablamos de una malicia remota que subyace en su pensamiento, más allá de sus tal vez buenos sentimientos humanos en pos de una unidad en la que él cree seguramente, como fruto y consecuencia de la fe que profesa. Del mismo modo que un protestante honrado y sincero cree en su falsa fe y no comprende a aquellos católicos que son capaces de morir por la fe verdadera, falsa para él.

Así están las cosas. Nunca hubo posibilidad alguna de un diálogo con la Roma Conciliar. Nunca la hubo ni LA HAY, salvo en la acomplejada mente del Obispo que conduce (TODAVÍA!) a la FSSPX. Bernard, un hombre que se siente disminuido por verse a sí mismo privado de la «plena comunión» con Roma. Un obispo que quizás nunca haya comprendido cabalmente a quien fue su Padre en el Episcopado y quien antes de morir dejó bien clara la condición previa a cualquier conversación: LA CONVERSIÓN DE ROMA A LA FE CATÓLICA.

Una última cosa; va dirigida a Mons. Fellay sus obsecuentes:

Si el dulzor de Di Noia les molesta y sus argumentos les saben amargos , sepan que hace rato que ustedes cansan a todos con esos mismos argumentos, que hoy estamos denominando «azúcar amarga»… y que, como dicen los chicos: «no existe». Aplíquenlo a sus argumentos.

En especial es bueno acordarse en este momento de aquellos sacerdotes que vieron tempranamente las primeras señales del peligro y el comienzo del declive de Bernard y su séquito de obsecuentes. Aquellos que no se callaron y sin medir consecuencias personales levantaron la voz de alerta; aquellos a quienes las autoridades de la neo FSSPX procuraron silenciar con exactamente las mismas palabras y casi los mismos argumentos que ahora les enrostra Agustine Di Noia y que en el colmo de una actitud de entrega y claudicación han distribuido ellas mismas a los sacerdotes de la Hermandad, oficiando así de mensajeros de la Roma Apóstata.

Era hora de que quienes han traicionado a Monseñor Marcel Lefebvre, quienes han silenciado, denigrado y hasta perseguido a sus hermanos en el sacerdocio, y a los fieles que se opusieron y se les oponen aún hoy, degustasen ese amargo azúcar que Roma ahora les obliga a saborear y que sólo es un anticipo de lo que ha de venir.

Como dice un amigo, «un tiro para el lado de la justicia».