PARA LOS FIELES DE SIEMPRE SÍ. 2+2=4.

Compartimos una Carta enviada por una feligresa tradicional a Mons. Williamson:

PARA LOS FIELES DE SIEMPRE SÍ. 2+2=4.
A la atención de S.E. Mons. Williamson:

He leído atentamente sus dos últimos «Eleyson» y cuán grande ha sido mi sorpresa al observar que no ha hecho ninguna mención a la trampa que Roma apóstata está consumando con la Fraternidad, en la que induce a la Tradición y al combate de la misma contra el modernismo vaticano a aceptar que 2+2 no es igual a 4.

Con absoluta sinceridad y con el máximo respeto esperaba de V.E. tranquilizase a un grupo, no muy pequeño por cierto, y le devolviese la confianza que habíamos depositado en V.E. ante el desastre que se avecina para la tradición en el mundo.

¿No cree V.E. que se está repitiendo la traición a la verdadera Iglesia de Cristo que ya se produjo durante y después del concilio V2?.

¿Acaso no está la fraternidad en la misma disyuntiva en la que se encontraron todos los obispos que fieles, pero cobardes aceptaron el engaño y donde sólo hubo dos Obispos, AUTÉNTICAMENTE CATÓLICOS, así con mayúsculas,que tuvieron la hombría de enfrentarse a la Roma que acoge al anticristo y que será su sede, si ya no lo es?. 

Esperamos de V.E. nos haga reavivar la ilusión de seguirnos sintiendo auténticamente católicos, y haga sentir su autorizada voz para hacer callar a los enanos de siempre. Así como también no ver a la Fraternidad, por ahora en espíritu, comulgar en el sacrílego acto de Asís, verdadera prueba de la apostasía de Ratzinger.

2+2 aún seguimos creyendo que son 4, espero que V.E. también lo siga creyendo.

Esperamos y pedimos también a Nuestra Señora, a la cual se ha utilizado de mala manera con una cruzada de rosarios para irónicamente pedirle lo que es del todo imposible y absurdo, que mezcle el agua pura, limpia y cristalina con el agua de alcantarilla de la Roma postconciliar, que ruegue a Su Santísimo Hijo que venga cuanto antes a rescatarnos ante el peligro que se avecina, y que por nuestro bien «acorte aquellos días».

Para ello sí que era necesario hacer una cruzada de Rosarios, para que Él venga pronto: ¡Ven Señor Jesús!